Por su situación estratégica en el Mediterráneo occidental, la isla ha sido desde la antigüedad un crisol de culturas y pueblos, que ha contribuido a que la isla cuente con un rico patrimonio cultural y de características únicas en toda la ribera mediterránea. Esto se ve reflejado en las fiestas populares y tradiciones o la artesanía tradicional, que es rica en matices y productos que se han convertido en auténticos símbolos de la isla.
Además, Mallorca se ha convertido en un destino gastronómico sin igual gracias a la magnífica dieta mediterránea, una de las más completas y saludables que existen. De entre sus productos típicos se pueden destacar las ensaimadas, el producto rey de la repostería autóctona, y la sobrasada, un embutido crudo curado, elaborado a partir de carnes seleccionadas del cerdo, condimentadas con sal, pimentón y pimienta negra.
Todo esto, y mucho más que no te vamos a contar, lo tienes disponible en una isla tan espectacular como única. Los hoteles de Mallorca, que van desde los más modernos y confortables hasta los más humildes, son una gran opción para satisfacer a cada visitante.